Metafísica en la era de Acuario

domingo, diciembre 4

CUARTA LUZ


El intelecto es la máxima expresión de la inteligencia dentro del campo de la educación primaria, secundaria y de formación profesional, pero si nos situamos a nivel del campo de la intuición es solamente el comienzo de la inteligencia. En el mundo metafísico el intelecto y la racionalidad están ubicados en el hemisferio izquierdo del cerebro, y la intuición, junto a los conceptos de alma, espíritu, lo sobrenatural, etc., están ubicados en el hemisferio derecho del cerebro. De acuerdo a lo que expresan los sabios de la antigüedad, la sabiduría se manifiesta cuando se pueden unir o complementar lo racional con lo intuitivo, de esta forma se une el hemisferio izquierdo con el derecho, y se consigue llegar al máximo de la inteligencia y sabiduría.
Actualmente si desarrollamos solamente el hemisferio izquierdo, o sea, la racionalidad o mente concreta, el ser humano llega a la meta de un 10% de su inteligencia, sin embargo, si desarrolla también el hemisferio derecho o mente abstracta el ser humano llega al 100% de su inteligencia, al complementar los dos hemisferios.
Si consideramos al intelecto en relación a su frecuencia(vibraciones/segundo) observamos que tiene un tope o techo límite. Pasado este límite comienza a actuar la intuición con una frecuencia mayor; es el plano búdico donde predomina fuertemente el amor espiritual.
Cuando estamos vibrando en la frecuencia del amor espiritual podemos recién conectarnos con la frecuencia del alma y del espíritu. Si no sentimos amor espiritual es imposible que nos comuniquemos con la divinidad que está dentro de nosotros. De allí la tremenda importancia que tiene el amor en las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.
La intuición generalmente se manifiesta como un presentimiento, un feeling respecto a cierta apreciación de la verdad. Es muy importante seguir siempre este presentimiento. En el fondo, la intuición es la voz de la divinidad que está dentro de nosotros.
Si nosotros nos vemos enfrentados a buscar la solución de un problema determinado, apliquemos primero la lógica y obtengamos una solución de este problema, luego resolvámoslo mediante la intuición, si ambas soluciones son la misma, llevémoslas a cabo sin mayor demora. Pero si la intuición nos da otra respuesta, debemos obedecer el enfoque de la intuición, por sobre el enfoque del raciocinio lógico.
Esto significa que, el rango de frecuencia del intelecto puede variar (a modo de ejemplo) entre 2 vibraciones por segundo hasta 300 vibraciones por segundo y el de la intuición puede fluctuar entre 301 vibraciones por segundo hasta 700 vibraciones por segundo, entonces la frecuencia mayor está más cercana a la verdad que la frecuencia menor, es decir, la mayor está más cercana a Dios y la menor está más cercana a la materia, por lo tanto, la solución dada por la frecuencia mayor es la correcta.
Cuando hay amor espiritual entre dos ó más personas es muy fácil que aflore la telepatía, que está asociada siempre con la intuición. La cercanía que nos da el amor espiritual al tono vibracional divino nos lleva a niveles insospechados de intuición en su más pura esencia. Aplicar la intuición por sobre el análisis intelectual en nuestra vida cotidiana, en situaciones comunes de nuestro día a día, es la mejor manera de solucionar acertadamente las interrogantes, dudas y toma de decisiones, que se nos planteen, quedando el intelecto como una herramienta de apoyo a este don divino que todos tenemos en diferentes grados de desarrollo, pero que desperdiciamos tan a menudo.