Metafísica en la era de Acuario

miércoles, diciembre 21

LUZ DE NAVIDAD

Imagen de sitio público:


Muchas personas en las cercanías de la fecha de Navidad se preocupan por el monto y cantidad de regalos que deben realizar a sus familiares y amigos, porque tienen que cumplir con una obligación “económico-social” y muchas veces se olvidan del verdadero objetivo y propósito de la Navidad que es esencialmente espiritual.
Desde hace 2005 años se nos viene recordando el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en esta época de Navidad y la repartición de regalos respectiva, pero pocas veces nos acordamos que el verdadero significado es y debe ser el despertar de la divinidad que hay en el interior de cada ser humano. Usualmente vemos en las imágenes de Nuestro Señor Jesucristo un corazón ardiente lleno de llamaradas de amor por toda la humanidad recordándonos que el verdadero objetivo que debe efectuar cada ser humano por su propio esfuerzo es despertar el Cristo Interno que hay dentro de cada persona. Para ello es necesario “volver a nacer” en vida como nos enseña el Divino Maestro, por lo tanto, debe morir el orgullo dentro de nosotros y debe nacer la humildad, debe morir el odio y debe nacer el amor, debe morir el egoísmo y debe nacer el altruismo, en general, deben morir todos nuestros defectos psicológicos (que son el polo negativo dentro de nosotros mismos) y deben nacer nuestras cualidades psicológicas (que son el polo positivo).
Cuando esto sucede y estamos inundados del amor espiritual en nuestro interior se devela nuestro Cristo Interno que es como un nuevo SER que nace y comienza gradualmente a crecer dentro de nosotros mismos, comenzando a sentir su Santa Presencia y a disfrutar de su tremenda alegría, paz y gozo espiritual que nos transforma en verdaderos “multimillonarios” espirituales y nos inunda con la verdadera felicidad y nos sentimos totalmente unidos y conectados con todo el cosmos y el universo infinito.

EL ARBOL DE NAVIDAD
El árbol de la Navidad es realmente el simbolismo del árbol de la vida que es el jeroglífico principal de la Kábalah. El árbol de la vida posee en su interior diez esferas o sephirots, representando cada una de ellas un diferente estado de conciencia, que se inicia con el sephirot Nº 10 en la base del tronco del árbol de la vida, que es Malkuth, simbolizando al cuerpo físico, material y denso, con una baja frecuencia en vibraciones por segundo. Al ir ascendiendo por las esferas o sephirots de este árbol, llegamos al sephirot Nº 2, que es Chockmah, que simboliza al Cristo con su infinita energía de amor espiritual y también al alma, con una frecuencia muy alta en vibraciones por segundo y que “está sentado a la derecha del Padre”. En la cúspide del árbol de la vida o de Navidad está ubicado el sephirot Nº 1, que es Kether, que está simbolizado por la corona, el cual es el espíritu o el Padre dentro de cada ser humano, con una altísima frecuencia en vibraciones por segundo.
Por lo tanto, en la cúspide de nuestro árbol de Navidad debemos colocar un corona, que significa el simbolismo del reinado del espíritu, del Padre, Yo Superior, Magna Presencia Yo Soy, el cual predomina y gobierna a la materia, carne y yo inferior, en la misma forma como esta corona se ubica en los escudos de armas en la parte superior y en la coronación de un rey.
En el rey, teóricamente, el Yo Superior o espíritu gobierna al yo inferior o carne. Recordemos también, que Nuestro Señor Jesucristo, en la crucifixión, fue coronado con una “corona de espinas”.

Glosario de términos:

Sephirot: Es cada esfera que aparece dentro del árbol de la vida. Son 10 en total. Cada una de ellas simboliza un estado de conciencia diferente. Se parte desde el sephirot Nº 10, en la parte inferior, que es lo más denso y material, con una frecuencia muy baja en vibraciones por segundo. Se va avanzando en evolución, frecuencia y estado de conciencia a medida que avanzamos desde el 10 al 9, del 9 al 8, del 8 al 7, etc. hasta llegar al 1 que tiene una altísima frecuencia, muy alta en vibraciones por segundo.

Chockmah: Es el sephirot Nº 2 del árbol de la vida. Es el HIJO, el alma, la residencia del Cristo y está lleno del amor espiritual. Sin este amor no se puede llegar a la etapa superior, que es el sephirot Nº 1, el PADRE.

Kether: Es el PADRE, EL ESPÍRITU, LA VIDA, EL YO SUPERIOR, LA MAGNA PRESENCIA YO SOY dentro de cada ser humano. Es el sephirot Nº 1 del árbol de la vida.

Cristo Cósmico: El Cristo Interno, lleno del amor espiritual de Dios está en nuestra alma. Lo podemos escuchar a través de la voz de nuestra conciencia. Al unirse los Cristos Internos de cada ser humano con los de sus semejantes en la Tierra y el Cosmos se forma el Cristo Cósmico.


Finalmente un simple pero efectivo ejercicio para esta Navidad:
1.- Buscar una música que nos sea muy espiritual, algo que nos llegue al alma.
2.- Encender un incienso de nuestro agrado.
3.- Colocar el árbol de Navidad y visualizar en su interior al árbol de la vida con sus diez esferas o sephirots.
4.- Visualizar al sephirot Nº 2 : Chockmah y colocar dentro de él una imagen que nos haga sentir un inmenso amor espiritual en Nuestro Señor Jesucristo o Sagrado Corazón.
5.- Ejecutar la música, inspirar y exhalar pausada y profundamente durante un par de minutos para dejar todas nuestras preocupaciones o cualquier tipo de pensamiento fuera de nuestra mente.
6.- Cuando nos hayamos relajado, visualizar una brillante luz y permitir que nos invada una poderosa, blanca y pacífica energía a través de ella mientras miramos la imagen que asociamos con Nuestro señor Jesucristo, que es quien irradia esta energía.
7.- Pasado un tiempo visualizar esa misma energía en forma de luz, irradiándose desde nuestro pecho, e ir repitiendo nuestra oración y el decreto mas importante, “solo por el Hijo se llega al Padre, El es el camino, la verdad y la vida. El vive y reina en mi”.
8.- Nos inundamos con el amor espiritual y sentimos con mucha fe y alegría del alma una irradiación de luz y amor que nace y se expande desde nuestro pecho por el cosmos y el universo infinito.
9.- De esta manera, nos unimos a nuestro Cristo Interno, y también con el Cristo Cósmico, sintiendo y disfrutando de la unión con el TODO en el cosmos y el universo.
10.- Repetidlo cuando te nazca realizarlo y sientas que algo dentro de ti te llama y te pide hacer lo nuevamente.


QUE ESTA CELEBRACIÓN DE NAVIDAD,

SE REPITA INCESANTEMENTE CADA DIA